4 de marzo de 2016

La traducción de insultos en «Espías». Entrevista con Josep Llurba



¿Hay algo mejor que ir al cine con las expectativas bajas y encontrarte con una película más que entretenida? A mí esto me sucedió con Espías (2015). Descubrí casi por sorpresa una divertida parodia del cine de espías, con un Jason Statham sin ningún problema en reírse de sí mismo que llegaba a adueñarse de la función (su monólogo en el hotel de París es antológico). Además, la traducción no solo estaba a la altura, sino que me pareció de las mejores que había disfrutado en mucho tiempo.

Su doblaje es toda una enciclopedia de insultos imaginativos y motes disparatados que suenan muy naturales en español. En la siguiente tabla, podéis echarle un vistazo a algunos de mis ejemplos preferidos sacados de la película. A la izquierda, se recoge cómo aparecía la expresión malsonante en la versión original y, a la derecha, cómo se tradujo en nuestro país. No os recomiendo leerlos en voz alta si hay niños en las inmediaciones.

INGLÉS
ESPAÑOL
Christmas on a cracker!
¡La leche en patinete!
Thundercunt
Putonazo
Shitter
Cagódromo
Lunch lady
Vacaburra
Holy shit
Hay que joderse
For fuck’s sake
Me cago en sus muertos
Dumbass
Tontalaba
Mr. Bag O’Dicks
Carapijo
I am so badass!
¡Soy la puta leche!
Asthmatic Big Bird
Caponata asmática
God damn it!
¡Cagüen la puñeta!
You’re like a balloon animal
Joder con la cerda de las tetas de goma
Motherbutler
Hija de perraca
You dress like a slutty dolphin trainer
Vistes como una putilla adiestradora de delfines
God, you’re an asshole
Qué cabrona eres
You’re gonna fuck this up!
¡Vas a joder la marrana!

Queda claro que no ofende quien quiere, sino quien sabe.

Los responsables de la traducción y el ajuste (proceso en el que se sincronizan los diálogos traducidos con las bocas de los actores) de esta película a nuestro idioma son, respectivamente, Josep Llurba Naval y Gonzalo Abril. Salta a la vista que tuvieron especial cuidado en que los insultos no sonaran artificiales en español y resultaran igual de desternillantes que en el original. Tenía mucha curiosidad por saber cuál sería el secreto para traducir insultos de una manera natural. Pensé que podría preguntarle directamente a Josep, por qué no. Y tuve la suerte de que me hizo caso.

Josep Llurba no necesita presentación, pero no quiero parecer maleducado. Aparte de haberse encargado de todas las películas que aparecen en la foto, es el traductor de la icónica saga Piratas del Caribe desde su segunda entrega y podéis consultar el resto de sus trabajos aquí (ojo, que es una lista repleta de peliculones como Perdida (2014) o Kingsman. Servicio secreto (2014), por decir dos recientes que me vuelven loco). En 2015 ganó el Premio ATRAE a «Mejor traducción y adaptación para doblaje de película estrenada en cine» por su trabajo, también junto a Gonzalo Abril, en El gran hotel Budapest. Actualmente, podemos disfrutar en salas de sus traducciones para La chica danesa (2015), Spotlight (2015), El renacido (2015) o Zoolander No. 2 (2016). Por si todo esto fuera poco, también es profesor del módulo de doblaje del Máster de Traducción Audiovisual Online de la UAB. Así que tengo que agradecerle que, estando tan ocupado, haya podido dedicar unos minutos a hablar conmigo. A continuación, podéis leer la conversación que mantuvimos sobre su trabajo en esta película.

­—Josep, antes de empezar a comentar aspectos más específicos del doblaje de Espías, me gustaría que nos hablaras un poco sobre lo que supuso esta traducción para ti. ¿Qué recuerdo tienes en general de la experiencia?

Por un lado, parecía una traducción complicada, porque tenía muchos chistes y juegos de palabras. Chistes no solo visuales, sino también con frases ocurrentes. Uno piensa: «A ver cómo me las voy a apañar». Así que me lo planteé como un reto. Por otra parte, pensé que en esta película hablaban mucho y que me iba a costar más que, por ejemplo, El renacido (2015), en la que hablan poquito. Una película en la que hablan mucho siempre da más trabajo que otra en la que no hablan tanto.

—El humor tiene fama, seguramente merecida, de ser muy problemático a la hora de traducir. Algunas personas se atreven incluso a afirmar que es intraducible. ¿Cómo te enfrentas tú a la traducción de un proyecto de humor?

Yo me enfrento a un proyecto así como si fuera cualquier otra película: me planteo que tengo que hacerlo lo mejor posible. Si es un proyecto de humor, intento tirar de mi propio ingenio para reproducir el efecto que crea el original. Tienes que encontrarle la gracia, aunque a lo mejor para ti no tenga, y reproducirla. Si usan un lenguaje chabacano, has de buscar un equivalente, y si los chistes se basan en juegos de palabras, has de encontrar uno que sirva en español. En principio, conlleva más esfuerzo, pero también creo que es más satisfactorio si consigues realizar un buen trabajo.

—Viendo la película salta a la vista (o mejor dicho, al oído) que os dieron bastante libertad para trabajar en su traducción, ¿resulta esta libertad importante a la hora de traducir comedia?

Sí. También es cierto que hay diferentes formas de plantear el trabajo, sobre todo en este tipo de películas. Como ya he dicho, yo las comedias las traduzco como cualquier otra película: intentando mantenerme fiel al original. Sin ser literal, evidentemente, pero siempre fiel. A partir de ahí, intento crear el mismo efecto. Si puedo hacer un chiste con las mismas palabras o referentes que usa el original, lo hago. Si no, intento dar opciones con referentes más conocidos. Luego viene el proceso de ajuste, donde se suele despegar todavía más del original si es necesario.

Muchas veces, la misma imagen o película te da opciones de despegarte más o menos. En este caso, la forma de hablar de los personajes (sobre todo, de la protagonista) daba mucho juego para hacer chistes. Yo creo que hay papeles que te dan la opción de ser más o menos creativo. Esta película tenía personajes que te permitían jugar y conseguir que hablaran de una forma que no resultara encorsetada y que fuera natural, como en el original.


—De hecho, creo que una de las claves a la hora de adaptar el humor en este tipo de largometrajes es conseguir que los diálogos suenen naturales. Supongo que este es un reto importante para el traductor. ¿Podrías darnos alguna clave sobre cómo conseguir naturalidad en un texto?

No me lo planteo de forma distinta a la hora de traducir, al menos conscientemente. En otras películas, aunque traten sobre un viaje a Marte y los personajes tengan que hablar con términos muy científicos, también pueden sonar naturales si el original te da pie a ello. En este caso, lo mismo.

Suelo intentar ponerme en situación. Aunque no siempre funciona, muchas veces me sirve preguntarme qué diría yo en esas circunstancias. Me pregunto cómo reaccionaría yo, o la gente que conozco, o la gente que veo por la tele. Como decía antes, también depende del personaje. En la película que nos ocupa, la protagonista habla de forma coloquial, con mucho desparpajo, y suelta muchos tacos. Depende mucho de la película y del papel, pero yo intento ponerme en situación en todos los casos y, aunque parezca una tontería, también leer la traducción en voz alta. Así sé si me suena bien y si me suena natural. Si ves la imagen a la vez que lees el diálogo en voz alta, puedes descubrir si pega con los gestos del personaje en ese momento.

—Todos hemos visto alguna película doblada en la que los coloquialismos suenan tan artificiales que pueden llegar a sacarte de la historia. Una de las cosas que más me gusta de este doblaje es que consigue justo lo contrario. ¿Cuál es el secreto para que, por ejemplo, los insultos suenen igual de bien en español?

No sé. Yo a veces me imagino en la situación y pienso que ahí en vez de un «¡Maldita sea!» diría un «¡Me cago en la leche!». Después, ves si funciona o no, y te planteas si el personaje que traduces lo diría de esa manera.

A mí, la verdad es que me gusta traducir insultos. Recuerdo una película sobre militares en la que trabajé que se llamaba Jarhead (2005). Me lo pasé muy bien porque estaba repleta de insultos. En la traducción, intenté meter insultos que sonaran naturales, que sonaran a cuando mis compañeros hacían la mili y soltaban tacos. Te ayudan a ponerte en situación. La cuestión es que te gusten estas palabras y que no tengas pudor en usarlas.

También hay que tener en cuenta el registro en el que habla cada personaje. No todos necesitan tacos. En Espías, Jude Law era un gentleman que hablaba de una forma y Melissa McCarthy era lo opuesto, en la línea de los papeles que suele hacer últimamente. Tenía su gracia. Hay que buscar la situación, que pegue, e insisto, que sea fiel con el original, que no te alejes tres pueblos y digas otra cosa que no está diciendo. Pero bueno, si el personaje está soltando tacos y acordándose de todos los dioses en inglés, en español se puede cagar en lo que sea. Debes buscar un equivalente que sirva. Hay que encontrar la misma intensidad y, por llamarlo así, el mismo grado de ofensa en nuestro idioma.


—Pues ya solo queda agradecerte que hayas accedido a contestar estas preguntas, felicitarte por esta divertidísima traducción y preguntarte si quieres dedicar algún último mensaje a los lectores del blog o si nos recomiendas que vayamos a ver alguna película en especial al cine (ejem, ejem).

Me gustaría que siguierais disfrutando con lo que hago, que para mí es un lujo y un placer. También decirle a la gente interesada en este trabajo que siga luchando por conseguir buenos proyectos y por hacer lo que le apetece y le gusta. Id a ver las películas que queráis, que no quiero meter la pata recomendando ninguna. Si queréis saber más sobre mí, solo tenéis que visitar mi página web (http://www.llurba.com/) o buscarme en las redes sociales.

Muchas gracias, Josep.

Espero que lo hayáis pasado tan bien leyendo esta charla como yo escuchando a Josep. Me parece que nos aporta una visión de primera mano sobre cómo se traduce este tipo de proyectos y que deja caer algunos consejos y reflexiones muy interesantes. Al parecer, la fórmula del éxito es simple: intentar hacer el mejor trabajo posible en cada encargo. Lo único malo es que me han entrado unas ganas terribles de insultar a todo el mundo a la menor excusa, pero supongo que se me irá pasando.

Hasta aquí el informe del agente García.

Este mensaje se autodestruirá en 5… 4… 3… 2… 1…

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