19 de febrero de 2016

Títulos absurdos: la leyenda renace

Como ya te hizo saber tu amigo adicto al gimnasio, a finales del mes pasado se estrenó en España Creed (2015). Si no tienes ningún colega vigoréxico y desconocías su existencia, solo te hace falta saber que la película trata sobre un joven que quiere ser boxeador y al que entrena el mismísimo Rocky Balboa (Sylvester Stallone en persona). Vamos, que a pesar de no dar demasiadas pistas en su título, es una secuela en toda regla de las películas de Rocky. El caso es que me llamó la atención que en nuestro país se haya explicitado su relación con la saga traduciendo dicho título como Creed. La leyenda de Rocky. Es un ejemplo perfecto de lo que en traducción se llama creación autónoma (introducir un elemento nuevo que no estaba presente en el original). El motivo de la introducción del subtítulo está claro, se buscaba atraer a los fans del personaje.  No obstante, lo que más me interesó fue el uso de la palabra «leyenda». Me vinieron a la cabeza numerosos ejemplos de títulos traducidos para nuestro país en los que se incluía este vocablo a pesar de no aparecer por ninguna parte en el original. Se ve que Gustavo Adolfo Bécquer fue todo un visionario y a los españoles nos pirran las leyendas, porque no perdemos la oportunidad de poner una en cada título.

Si eres lector habitual del blog, espero no tener que recordarte que los traductores no deciden los títulos definitivos de las películas. Aunque me gustaría añadir que tampoco tienen nada que ver con estos subtítulos legendarios. El traductor puede aportar sugerencias, pero todo esto es fruto de las decisiones de la productora y su equipo de marketing. Por esta razón, vamos a intentar ponernos en su pellejo para intentar razonar estos cambios y buscarles un posible motivo comercial.

Con el objetivo de analizar este extraño fenómeno, he repasado todos aquellos largometrajes con leyendas artificiales en su título traducido y he llegado a la conclusión de que podríamos clasificarlos en tres categorías diferentes, que paso a desgranar a continuación.

5 de febrero de 2016

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, ¡es un intertexto!

Ya os hablé hace poco de mi pasión por la intertextualidad y hoy, a pesar de que en España la poligamia es ilegal, os tengo que confesar mi otro gran amor: los superhéroes. La relación entre estos dos conceptos es muy fuerte. Frases que a cualquier persona le resultarán familiares como «¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, ¡es Superman!», «¡Es la hora de las tortas!» o «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad» no dejan de ser intertextos relacionados con el mundo de los superhéroes.

En las adaptaciones audiovisuales de superhéroes son imprescindibles lo que los americanos llaman easter eggs (huevos de Pascua), pequeños regalos para el fan en forma de referencias a los cómics. Estos guiños pasan más desapercibidos que Rossy de Palma en una exposición de Picasso para quien no ha tenido contacto con los tebeos, pero el aficionado disfruta reconociendo los elementos provenientes de las viñetas. En un momento en que la industria audiovisual bebe de los cómics más que nunca, el traductor no puede ni debe ignorarlos. La traducción de estos elementos deberá coincidir con la que se les dio en el material original, aunque haya que recurrir a una fuerte documentación y/o a las fuentes originales. Hay otras partes implicadas en el proceso y serán el ajustador y el cliente los que tengan la última palabra en la conservación de la intertextualidad, pero eso ya no está en nuestras manos.

Si vais al cine con cierta asiduidad (es decir, si tenéis los miércoles por la tarde libres), habréis notado que es raro el mes en el que no se estrena una película de superhéroes. El género ha ganado en variedad y popularidad y goza de gran éxito en la actualidad. Las productoras no son tontas y saben que los seguidores del cómic son una parte importante de su público, así que cada vez cuidan más las traducciones. Suelen dejar satisfecho al fan, aunque de vez en cuando se les pase alguna referencia o realicen alguna modificación por motivos comerciales. ¿Pasa lo mismo con las series de televisión que han surgido como consecuencia del reciente auge del género? Analicemos algunos casos extraídos de series de superhéroes en los que no se recurre a las traducciones prefijadas del cómic y descubramos si el efecto que los intertextos tenían en el original cambia. Para ser justos, hablaremos tanto de Marvel como de DC, las dos compañías que vendrían a ser el Madrid y el Barça de los superhéroes (no me preguntéis cuál es cuál, que en esta frase ya he agotado todos mis conocimientos sobre fútbol). Admito que yo siempre he sido más de Marvel, pero intentaré que no se me note demasiado.